Hemos retrocedido en el tiempo para aportar al farmaceútico español unas imágenes de plantas, que en su momento fueron sanos remedios ante el azote continuo de la enfermedad.
El inicio de estos remedios, basados en las más curiosas fórmulas se pierde en la nebulosa de los tiempos; pero siempre en el bregar del físico y del galeno en la penumbra de la rebotica, encontramos una serie de plantas, ancestral farmacopea, que son un medio, un arma para luchar contra una patología básicamente desconocida, pero ya intuida en la primitiva farmacia.
Es un recuerdo a la botánica medicinal, base de la medicina empírica, que durante siglos aportó alivio a las dolencias del hombre.